El pasado 22 de Abril se celebró el "Día de la Tierra". Una conmemoración instituida desde 1970 por el senador norteamericano Gaylord Nelson con el objetivo de concientizar a la humanidad sobre los peligros de la contaminación, la conservación de la Biodiversidad y otras preocupaciones medioambientales. A raíz de esa iniciativa se creó en Estados Unidos la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a la protección del medioambiente.
Una de las iniciativas derivada de este movimiento a favor del medioambiente es la "Carta de la Tierra", un documento promovido desde el año 2000 en el entorno de las Naciones Unidas que busca plantearse los retos que afronta el planeta y las propuestas de cambios y objetivos compartidos que pueden ayudar a resolverlos.
El preámbulo de la carta dice lo siguiente:
"Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras."
En la actualidad ya no podemos soslayar el hecho de que nuestros recursos naturales están en decadencia y los recursos energéticos como el petróleo se agotaran irremediablemente en los próximos años. Ante esta eventualidad debemos estar preparados para un cambio drástico en nuestra forma de vida y nuestros hábitos de consumo. Nuestro hábitat, nuestra arquitectura y nuestras ciudades sufrirán el impacto directo de este cambio. Desde ahora debemos empezar a ajustar nuestra tecnología constructiva y nuestros diseños para una realidad más en sintonía con la naturaleza y para un desempeño más autónomo, desconectado en lo posible de las redes municipales de suministro de energía, agua y eliminación de residuos. Pero no solo el cambio deberá ser en el entorno construido. Tendremos que acostumbrarnos a vivir más frugalmente y menos dependientes de los bienes de consumo.
Para conocer el texto completo de la Carta de la Tierra:
http://www.earthcharterinaction.org/invent/images/uploads/echarter_spanish.pdf
imagen: Estrecho de Magallanes, Chile.
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